Lo confieso y me arrepiento. He estado mucho tiempo viviendo de espaldas al Pisuerga. No es que haya pasado de él, he convivido y disfrutado sus aguas como mucha gente. De pequeño iba a la playa de las Moreras y me bañaba en sus aguas, de joven también he montado en las barcas para remar un ratito, y he disfrutado de unas cuantas noches de San Juan en su orilla. También he sufrido al cruzar sus puentes alguna noche de invierno a -7ºC y con un viento helador que se te clava como agujas en los oídos, y para compensar también los he cruzado algún tórrido mediodía veraniego.
Pero mi relación con el río se planteaba desde una óptica 'urbanita'. Ha sido pasear por sus riberas con una perspectiva más curiosa... y se me ha abierto todo un mundo de naturaleza 'salvaje' dentro de la propia ciudad.
Si un 'bicho' me ha resultado especialmente interesante las últimas semanas han sido unos ejemplares de Martinete común que frecuentan las riberas del Pisuerga urbano. Así que este artículo es un monográfico fotográfico de esta pequeña garza.
Supuestamente es de hábitos nocturnos, pero hemos podido verla a primera hora de la tarde sin problemas, siempre que no hiciera mucho calor.
La primera vez que la vimos fue una aparición fugaz en pleno vuelo que ya pudiste ver en Aves en la ribera del Pisuerga. Pero resultó que no era raro verla pasar volando de acá para allá entre los puentes de la ciudad.
Pero lo mejor fue el día que pudimos ver un ejemplar posado en una rama sobre el río mientras veía pasar alguna posible captura al alcance de su pico. Fue también la primera vez que pudimos ver claramente su curiosa 'antena', que no es más que una pluma que le sale de la nuca y que en este ejemplar tenía la punta oscura.
Estuvimos un buen rato observando como miraba a uno y otro lado buscando el pez ideal. En algún momento de aburrimiento incluso le daba por 'bostezar', como se puede ver en el siguiente vídeo grabado a pulso con el teleobjetivo, aunque tiene una posterior estabilización digital.
Lamentablemente en su nuevo posadero el martinete se encontraba más expuesto y sospecho que me detectó enseguida, remontando el vuelo. Aunque tuvo el detalle de pasarme muy cerquita para poder despacharme a gusto haciendo fotos.
Las siguientes fotos no son fáciles de hacer, o mejor dicho, no es fácil que queden bien enfocadas. Al pasar cerca y con un fondo con mucha trama, como esos árboles, es fácil que el autofoco de la cámara se pierda. Afortunadamente entre todas las fotos que hice en esos pocos segundos resultaron bien enfocadas unas cuantas.
En otras ocasiones hemos podido ver algún otro ejemplar como el de la siguiente foto. Tiene algunos rasgos físicos diferentes del anterior, como las dos plumas de la nuca en vez de una, y alguna faccion de la cara algo más ruda. Suponemos que este otro es un macho y el anterior una hembra, o quizás un macho joven. Al parecer el dimorfismo sexual (el conjunto de rasgos físicos que permiten distinguir un macho de una hembra) no es muy evidente en esta especie. Quizás algun experto pueda echar un cable en ese aspecto.
Esto ha sido todo de momento. Al menos en cuanto al martinete, porque durante los paseos por las riberas he podido hacer unas cuantas fotos más, con alguna sorpresa incluida. Lo iré publicando más adelante.