Región activa 2529, 'el corazón'.

Publicado hace 8 años

Hacía unos cuantos meses que el Sol no nos sorprendía con alguna mancha relevante, pero durante unos 14 días de este abril de 2016 hemos tenido presente una de considerables dimensiones. Oficialmente se ha llamado AR2529, aunque oficiosamente se ha conocido también como 'el corazón', precisamente por su forma acorazonada.

He estado siguiéndola a diario gracias a las imágenes del Solar Dynamics Observatory (SDO) y algún que otro día también directamente con el telescopio (con la debida protección, no mires al Sol si no sabes cómo).

El siguiente vídeo es el resultado de unir varias series de imágenes del SDO. La pantalla está dividida en cuatro partes para mostrar instantáneas tomadas con diferentes filtros que revelan varias estructuras en la superficie del Sol. La música es el final de la 'Sinfonía del nuevo mundo' de Antonín Dvořák. Me pareció una música que venía bien a las imágenes, ya que los satélites de observación del cosmos nos están abriendo el camino a muchos 'nuevos mundos'. Puedes escuchar la sinfonía entera en IDAGIO, concretamente aquí.

Si te has fijado justo al final, un poco antes de que la mancha se oculte por el limbo solar, se produce una pequeña 'llamarada'. Bueno, pequeña comparada con otras, pero en realidad es una cantidad de materia considerable lanzada al espacio a una gran velocidad.

Como decía el uso de 'filtros', y lo entrecomillo porque no es tan sencillo como poner un filtro a una cámara para obtener las imágenes, permite revelar diferentes estructuras del Sol. Podemos imaginarnos que la radiación emitida por el Sol es como una compleja pieza musical tocada por una gran orquesta. Nuestros ojos son sensibles a una parte de esa radiación solar, la luz visible. Pero vemos toda esa luz junta a la vez, igual que escucharíamos la pieza interpretada por la orquesta de forma global. Con el uso de 'filtros' podríamos discriminar los sonidos para escuchar sólo los violines, o sólo los instrumentos de viento, o quizás escuchar solo el sonido de una determinada flauta. Y yendo un poco más allá incluso podríamos construir un filtro para 'escuchar' sonidos que nuestros oídos son incapaces de oír.

Pues eso es lo que se hace en la observación de nuestra estrella. Se observa sólo la radiación en unos determinados colores de todos los que forman la luz visible (e incluso de la luz que no vemos), y eso permite encontrar detalles que ayudan a explicar el funcionamiento del Sol.

La imagen de arriba a la izquierda en el vídeo muestra la apariencia aproximada de la superficie del Sol tal y como la veríamos nosotros directamente con un filtro que sólo nos redujera la cantidad de luz recibida para que no nos queme la retina (no valen radiografías y demás métodos caseros).

La de abajo a la izquierda muestra la polaridad del campo electromagnético en la superficie solar. Los tonos cálidos representan una polaridad y los fríos la contraria. De hecho las manchas solares se producen, a grandes rasgos, cuando el campo electromagnético del Sol se retuerce y 'rompe' la superficie formando un bucle.

Las otras dos imágenes están tomadas con algunos de esos filtros que revelan estructuras por encima de la superficie.

Pero si por algo ha trascendido esta mancha, además de por sus dimensiones, es por su parecido en determinados momentos a un corazón. El hecho de imaginarnos personas o cosas con imágenes que nada tienen que ver con ellas es lo que se conoce como pareidolia. Y en este caso la pareidolia es más intensa si nos fijamos en la imagen de abajo a la izquierda en el vídeo porque el 'corazón', además de ser rojo por la paleta de colores elegida, incluso parece que late.

Habrá que estar al tanto de estas manchas excepcionales. Nos dirigimos a un mínimo del ciclo solar de 11 años, y cada vez veremos menos durante un buen tiempo.

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