Esté artículo lo publiqué originalmente en Naukas.
Durante las últimas semanas se ha hablado mucho de las olas de calor. Probablemente también las hayas sudado, pero quizás las hayas 'visto' poco, salvo en algunos mapas en los informativos.
Vamos a profundizar un poco en la visualización de esas olas de calor.
Para comenzar, vamos a ver cómo evolucionan las temperaturas sobre la superficie mediante unos mapas generados a partir de los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), concretamente de las medidas de las estaciones meteorológicas publicadas en su web.
El mapa que encabeza este artículo está generado a partir de las medidas de temperatura de 650 estaciones meteorológicas de la AEMET distribuidas por España (no se han tenido en cuenta los datos de Canarias). Mediante interpolación de estos datos obtenemos la temperatura de cada punto del mapa, interpolación que hay que realizar con los datos calibrados a nivel del mar ya que, por lo general, la temperatura desciende 6 grados, aproximadamente, por cada kilómetro que ascendemos. Finalmente, recalibramos la temperatura de cada píxel según su altura real, obtenida en este caso gracias a un Modelo Digital del Terreno proporcionado por el Instituto Geográfico Nacional de España.
Si repetimos este proceso con todos los datos horarios de temperatura obtenidos de la web de la AEMET entre el 19 de junio y el 9 de julio, 326.184 medidas en total, podemos generar un vídeo donde vamos a visualizar las olas de calor de forma un poco diferente a lo que estamos acostumbrados.
Te invito a parar el vídeo la tarde del 23 de junio y volverlo a parar en la del 7 de julio. En la primera es raro encontrar un punto algo más caliente que un suave naranja de en torno a los 30ºC, predominando los verdes gracias a las nubes de evolución diurna que terminaron el día con fuertes descargas tormentosas. En cambio, la tarde del 7 de julio predominan los rojos brillantes y oscuros de por encima de los 40ºC.
Aprovechando que tenemos estos mapas podemos comparar varios datos. Por un lado nos vamos a fijar en las temperaturas mínimas y máximas, pero no entendidas como la temperatura más fría o más caliente del día, si no como la temperatura más fría o más caliente del mapa a cada hora concreta. Por lo general, en nuestro caso la temperatura más fría será siempre la correspondiente a la cima de alguna montaña, por lo que poca gente podrá disfrutarla. También podemos hacer una media de la temperatura de todos los píxeles del mapa para hacernos una idea de la temperatura general. Si estos tres valores (mínima, media y máxima), y su evolución a lo largo de un día, los representamos en unas barras, obtendríamos algo como esto:
Vemos cómo al mediodía la media de temperaturas es muy superior el día 7 de julio, y las máximas tornan al angustioso tono rojo-violáceo de los 45ºC.
Esta comparación la podemos hacer con todos los días analizados y veremos claramente la presencia de dos picos de olas de calor los días 27-28 de junio y 6-7 de julio.
Sin embargo, aunque la máxima, la mínima y la media nos dan una idea del calor de un determinado momento, no reflejan la distribución de temperaturas aproximada que hay sobre la superficie del mapa. Para ello podemos utilizar mejor un histograma.
Aquellos que hayan tratado de mejorar una fotografía digital con su programa de edición favorito ya se habrán enfrentado a un histograma. Se trata de una representación gráfica de la frecuencia relativa de diferentes valores de una variable continua. Para una fotografía su histograma nos representa la abundancia de píxeles de más o menos brillo. En nuestro caso nos va a representar la abundancia en nuestro mapa de píxeles a más o menos temperatura. El histograma para el mapa del 7 de julio a las 15:00 GMT es este:
Podemos ver que gran parte de los píxeles se encontraban entre los 37ºC y los 41ºC, fundamentalmente los del sur peninsular y el valle del Ebro. Tenemos otro pico sobre los 33ºC-35ºC, debido principalmente a Castilla y León. Y finalmente, vemos cómo la cordillera cantábrica y algunas cumbres se nos presentan en tonos amarillos verdosos de unas ‘agradables’ temperaturas inferiores a los 30ºC. Decimos agradables entre comillas porque la temperatura no es el único parámetro a la hora de definir una situación meteorológica como más o menos agradable. En esa sensación también influyen la humedad ambiental, el viento y la exposición a la radiación directa o reflejada del Sol.
Pero un histograma representa la distribución de temperaturas en un instante determinado, ¿podríamos representar la variación de temperaturas a lo largo del tiempo en un gráfico?. Podríamos, haciendo una representación en 3 dimensiones o bien transformando la altura de las barras de la gráfica en intensidad del color, lo que nos dará una figura similar a un análisis espectral.
De esta forma hemos transformado nuestro histograma de dos dimensiones en un histograma unidimensional. Ahora podemos apilar los histogramas de diferentes momentos en el tiempo para conformar una interesante radiografía de las temperaturas de un día concreto.
Pero un histograma representa la distribución de temperaturas en un instante determinado, ¿podríamos representar la variación de temperaturas a lo largo del tiempo en un gráfico?. Podríamos, haciendo una representación en 3 dimensiones o bien transformando la altura de las barras de la gráfica en intensidad del color, lo que nos dará una figura similar a un análisis espectral.
Una vez mostrada esta representación de las temperaturas te invitamos a ver un segundo vídeo con el que nos despedimos, esperando haberte ofrecido una nueva perspectiva visual de las olas de calor.
En el artículo Es verano y hace calor explico la parte técnica sobre la realización de estas imágenes.