El 28 de julio de 2015 se inició un incendio de considerables proporciones cerca de la localidad de Barcebalejo (Soria), a consecuencia de un accidente durante unas tareas agrícolas. El fuego se extendió hacia el sureste subiendo por el monte hasta el Alto de la Bandera, saltó la Cañada Real Soriana y bajó por la otra vertiente del monte hasta la carretera nacional 122, que une El Burgo de Osma con Soria, y que durante un tiempo tuvo que ser cortada.
Se tardó 3 días en extinguirlo gracias al trabajo de más de 100 personas. Personas, por cierto, a las que en su mayoría no se les reconoce como debería el mérito y el trabajo que realizan. Poco nos movilizamos los ciudadanos ante las tropelías de las diferentes administraciones contra el medio natural. Y reducir los presupuestos de la lucha contra incendios, y a la vez crear una Ley de Montes que lo único que le falta es dar subvenciones por hectárea quemada, es un abuso del poder legislativo que espero no nos salga muy caro en el futuro.
Cerca de donde se produjo el incendio se encuentra Torralba del Burgo, localidad natal de mi familia paterna. Durante unas horas estuvieron en alerta por la posibilidad de tener que desalojar el pueblo y, por si acaso, realizaron un pequeño cortafuegos en las eras. En unos años será la futura autovía de Soria la que hará de cortafuegos atravesando todas las eras y dejándonos sin nuestro sitio favorito para ver estrellas, pero ese es otro tema...
Precisamente el fin de semana del 15 de agosto tenía previsto hacer una observación astronómica dentro de las actividades culturales del pueblo, así que aprovechando nuestra estancia en aquellos pagos nos acercamos a hacer unas fotografías de lo que el fuego dejó tras de sí con la idea de, en los próximos años, pasar de nuevo por la zona para ver cómo evoluciona.
En el mapa anterior verás un círculo verde. Marca la posicion de un vertice geodésico desde donde hice la panorámica de 360º que puedes ver a continuación. La flecha verde junto al círculo indica la dirección del centro de la panorámica.
El consuelo que nos queda es que visto desde lejos, como en la siguiente foto, las 567 hectáreas del incendio no es más que una mancha negra rodeada de copas de árboles marrones en un mar de copas verdes que inunda toda la provincia soriana.