Esta bonita estampa protagonizada por una Luna casi llena y por un alegre pájaro, que cada pocos segundos emitia un dulce canto, es algo más complicada de hacer de lo que parece a primera vista.
Por un lado está tomada con un objetivo de 400mm de focal (en realidad un zoom 70-200mm a tope más un duplicador) pero con una exposición de 1/6 s, lo cual quiere decir que fue necesario usar trípode. Pero el trípode tenía que estar casi en el suelo para conseguir encuadrados a ambos protagonistas, así que fue complicada su colocación.
De hecho me habría gustado retratarlos un poco más juntos, pero para ello tendría que haber estado en el sitio unos cuantos minutos antes (y el pájaro también) para, al estar la Luna más baja, poder encuadrarlos más facilmente. Y esa precisamente era otra de las dificultades añadidas: cuanto más tardara en hacer la foto más alta estaría la Luna.
Otro problema es conseguir enfocar a la vez la Luna y el pájaro, eso se consigue cerrando todo lo posible el diafragma para tener más profundidad de campo, en este caso a f/64.
La pega que tiene un diafragma tan cerrado es que las motas de polvo en el sensor de la cámara son mucho más visibles, tanto que se hace necesario un rato de trabajo con el ordenador para eliminarlas.
La foto está tomada cerca de Torrelobatón, provincia de Valladolid, el 28 de abril de 2007.